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'La bestia' de Bonello: una experiencia que invita a sentir

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La Bête de Bertrand Bonello es exactamente esto. Una bestia cinematográfica en sí misma que crece en cada escena y hasta da la impresión de que coge diversas formas y se hace física hasta el punto de poder tocar a sus personajes y respirar al unísono. Desde su escena inicial con una Léa Seydoux en un gran croma verde, el realizador parece preparar al espectador hacia un mundo que son varios, los que él quiera y el espectador pueda ver, y en el que parece caber todo. Se abre y se expande más allá de la trama , la imagen, los cuerpos y lo cinematográfico, convirtiendo su visionado en algo genuinamente sensorial. La hiperadjetivación precedente es acorde a lo que hace Bonello con su cámara, que en ocasiones se tambalea con la temerosa respiración de su protagonista , o se acerca a sus manos en unos planos detalle hasta el punto que el espectador parece sentir la mano del actor ( George MacKay ) sobre la suya en vez de sobre la actriz. A eso se le añaden las lecturas metacinematográ

'Priscilla', Sofia Coppola y ¿la vida que soñamos?

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Sofia Coppola lo ha vuelto a hacer. Ha cogido una mujer en problemas, le ha puesto tonos pastel, pestañas postizas y un buen maquillaje y así ha reflejado su más absoluta opresión. Ha mostrado el vacío (y el horror) más perverso de su vida . Priscilla tiene muchos defectos. Su directora ha querido contenerse cuando no debía y recalcar en exceso su mensaje cuando no tocaba. No hay esas escenas excesivamente videocliperas que exaltan la superficialidad de las vidas retratadas con temas indie rock , solo hay pequeños momentos musicales pero con música más rockabilly y significativa que sólo hacen que recalcar mensajes y situaciones, cuando no es necesario. Como si quisiera reivindicar que su cine no es tan superficial como parece (y se le critica), la película incluye episodios de violencia que, si bien seguramente fueron muchos más duros de lo que se retratan, resultan incluso exagerados porque se salen del tono de la película. Aquel tono en el que Sofia Coppola se siente cómoda y l

Atrapados en el mundo de Tati: reflexiones a propósito de 'Trafic' y Monsieur Hulot

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Traffic empieza que parece Tiempos modernos. Habla de ellos, pero no tiene tanto que ver, aunque estén emparentadas. Los créditos iniciales empiezan a aparecer mientras la cámara de Jacques Tati filma la producción de una fábrica de coches. Unas planchas pasan por una máquina y da la forma a lo que serán las puertas de algunos vehículos. Todo sale según lo previsto, una sale mal, pero se aparta rápidamente. La maquinaria funciona a la perfección . O casi. Más adelante aparecen las ruedas, las pruebas de control de seguridad y, ya cuando los coches quedan al aire libre, listos para la venta, arranca la cinta. Como todo buen cine, ninguna escena es baladí. Poco a poco, el espectador va viendo la historia de unos trabajadores de la industria automovilística que tienen que llevar su moderno camping-car a la feria de muestras de Amsterdam . Como pasó con la puerta, en el proceso, va a haber dificultades. Por suerte, el mundo y Tati cuenta con su personaje estrella, Monsieur Hulot . E

'La zona de interés' o escuchar lo que no se quiere ver

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Poco más se puede decir acerca de La zona de interés que no se haya escrito ya. Una vez más, una película estrenada en mayo de 2023 en el festival de Cannes , donde ganó la mención especial del jurado, llega casi nueve meses después a nuestras salas. En medio, la cinta ha circulado por otros festivales y los ríos de tinta elogiándola no se han detenido. Un hecho que, para los que leen críticas, puede ser contraproducente. Uno se acerca al último film de Jonathan Glazer con un hype fuera de lo común y el riesgo a quedar defraudado es exponencial. Por suerte, el cineasta no defrauda . Todo lo que se ha dicho es cierto. La zona de interés es una película incómoda gracias al trabajo del fuera de campo. El campo de concentración aparece cada tanto al otro lado de la casa de los Höss. Lo que no deja de colarse en el día a día de la familia, en cambio, son los sonidos que llegan de allí. Gritos, disparos, voces de militares es la banda sonora que se cuela en la mente del espectador en la

'Perfect days', un regalo de Wim Wenders

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Sí, Perfect days puede entrar en la categoría de esas películas en las que no pasa nada. Aparentemente. Porque a medida que avanza la cinta, el espectador empieza a empatizar con un personaje, Hirayama (interpretado por un mayúsculo Kôji Yakusho ), que trata de pasar sus días lo mejor que puede. Banda sonora de 'Perfect days' El protagonista no tiene lo que muchos llamarían una vida ideal. Se dedica a limpiar los baños públicos de la ciudad de Tokyo . Lo hace con esmero, con dedicación. En su pequeño coche tiene todos los utensilios que necesita para ello. Le importa poco si su compañero llega tarde, si los usuarios no le saludan. Él cumple con la tarea que le tienen encomendada y lo hace con una rutina diaria que parece calculada con precisión. Pocas cosas parecen trastocarlas. Wim Wenders se encarga de retratar a su protagonista y sus acciones desde el respeto, sin juzgar. Pone la cámara a una distancia prudencial de él, muchas veces desde la espalda, como si sólo se tratar

Bayona, ¿te acuerdas de Godard?

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Todo es técnicamente perfecto en La sociedad de la nieve . Unos gigantes planos generales para ver lo pequeños que son los protagonistas (y los seres humanos) frente a la naturaleza. Combinación de primeros planos asfixiantes  de los personajes, para sufrir con ellos y dejar al espectador sin aliento con planos generales muy abiertos y de situación, para mostrar los pequeños que son dentro de este mundo. Una música extradiegética y enfática de los sentimientos. Y, por último, un guion manipulador con frase final que ensalza los valores de un equipo de personas que, unidas, pudieron sobrevivir a una de las mayores tragedias aéreas del mundo. Hasta aquí todo bien. J.A. Bayona ofrece un tremendo blockbuster donde lo que importa es la emoción, el mensaje y la espectacularidad. Y, una vez más, hasta allí no hay ningún error. Tampoco ninguna aportación. Sigue los cánones de una película de aventuras . Presentación del equipo de rugby uruguayo, énfasis en la historia personal de algunos pe

'Cerrar los ojos', una nueva obra maestra de Víctor Erice

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  La riqueza de Cerrar los ojos es casi inabarcable y, aun así, se convierte en toda una experiencia cinematográfica que sobrepasa el intelecto y va directamente a la emoción. Imágenes que se transforman y cambian al espectador sentado en la butaca.  Esto que puede parecer puramente sensorial y subjetivo es lo que acaban provocando las imágenes de la última película de Víctor Erice , y que apenas se pueden expresar en palabras. Si la imagen-movimiento de Deleuze existe, obviamente la cinta del realizador está repleta de ellas. Mueve y conmueve. Se mueve y nos conmueve. No va a ser esta una crítica que alabe las multi-referencias que contiene Cerrar los ojos . Ya son muchas las que no dejan de hablar de sus guiños a ese Embrujo de Shanghái que no pudo dirigir por desavenencias con Marsé o la inacabada, pero igualmente espléndida El sur . Y es que Cerrar los ojos se disfruta también sin ese conocimiento. Es para ese espectador que no tiene idea de lo que rodea a Erice y su cine pa