Bueno, cine

Defender el cine de autor puede resultar pedante y snob. Hay miles de películas con infulas pretenciosas, ritmos lentos, imágenes bucólicas y de mensaje vacío. Incluso quien ama el cine las detesta. Otras, en cambio, con un lenguaje simple pero no usual en el cine 'mainstream', con poco metraje cuentan y revelan mucho más que ciertas de duración superior a las tres horas.

Yendo al grano. Árboles, el último film del colectivo llamado Los hijos, es un ejemplo que de primeras parece cine de autor pedante. Un inicio de planos fijos de dos individuos en blanco y negro, sin decir nada, o diciendo pero sin saber que dicen que suena ruido ambiente. Luego cambia y nos retrata una casi naïf Guinea Ecuatorial, donde varios personajes pasean, ríen y cuentan historias sobre la colonización, entre fragmentos redactados por los colonos. En ellos se revela que España desplazaba a los colonizados a las "ciudades" donde se sentían mal en pos de "civilizarlos". Uno empieza a pensar que se trata todo de una historia ejemplar sobre "que malos hemos sido". 

Pero la gracia del cine está en contraponer imágenes. Porque el cine no es más que eso, una imagen tras otra en la que esta última pueda cambiar por completo el significado de la primera. Así, de repente, Los hijos filman imágenes de bloques de pisos de una ciudad. Bloques hechos de hormigón, de vallas metálicas, de rejas que apenas dejan ver la luz del sol. De una cárcel. Tras esto, aparecen en pantalla los dos individuos que abrían el film. Dos individuos encerrados en sus casas y en unas limitaciones no tanto provocadas por ellos, sino por la estructura del Estado. La historia se repite. Pero el cine ha demostrado que sabe como reverlo. El cine como instrumento. El cine que hace pensar y que pide la intervención de la mente del espectador. ¿Cine de autor? Bueno, cine.

También se asocia este tipo de cine más "alternativo" a la denuncia política. Aunque otras muchas 'made in Hollywood' también lo ha hecho a su manera. ¿Cómo lo hace Miguel Gomes? En 27 minutos. A través de epístolas narradas. Que piden perdón. Mientras, se suceden imágenes históricos de aldeas de Portugal, campiñas francesas, imágenes en blanco y negro de Italia y de una boda alemana al ritmo de Wagner. Y de repente se revela quien las ha escrito y la denuncia está allí. En menos de media hora y además causa la risa del espectador. Solo 27 minutos. Ningún tipo de esfuerzo por parte del espectador. No hay u tempo dilatado, no hay afección. Solo un buen uso de eso que llamamos cine. ¿Cine de autor? Bueno, cine.

Trailer Árboles Árboles - Teaser from los hijos on Vimeo.

Trailer Redemption:





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