De mitos, arte e Historia
La Concha de Oro de este año la recibió una película que estaba ya en los cines. Pero entre la polémica que suscitó y su temática de nada ha servido. La audiencia cada vez es más escasa y el film apenas se proyecta en las grandes ciudades. ¿Tan mala es? No señores. Es diferente y difícil pero de lo más interesante.
Por si a caso alguien no sabe de que estoy hablando, la película en cuestión se titula Los pasos dobles y esta dirigida por Isaki Lacuesta. El director de Cravan vs Cravan o Los condenados sigue su periplo por la experimentación e hibridación de géneros antes de dar el salto al cine mainstream que tanto le gusta (o al menos, eso dice).
Con el pretexto de encontrar la "Capilla Sixtina" que el artista François Augiéras dibujó en un búnker en medio del desierto, el director empieza a tejer un entramado de historias que le llevará a Malí, donde el artista Miquel Barceló tiene un estudio en el que crea libremente y a los habitantes de un país cuyas leyendas se confunden con la Historia.
Para empezar, uno de estos personajes de ficción se llama como el homenajeado, François Augiéras. Con la diferencia de que éste en vez de ser francés es un legionario africano que se convirtió en mito pasando de ser mercenario, bándalo y dios, dependiendo de quien cuenta la historia.
Paralelamente vemos como Barceló, a través de la narración, se inspira y crea con los materiales de los que dispone, incluso con las ayudas de las termitas que le destroza y eleva su obra.
Y ya por último seguimos la aventura de una expedición que sale a la búsqueda de ese búnker perdido, hasta encontrar un nuevo refugio donde un nuevo artista pinta lo que va a ser su tumba.

Durante todo el film, el cineasta nos entretiene, nos hace reír, ser curiosos, nos intriga y nos incita a participar activamente en la creación de un significado de la historia, como los artistas hacer pensar sobre sus creaciones a su público.
Las lecturas y reflexiones sobre la creación, la mitología, la vida, va mucho más lejos de lo que una película puede presentar. Pero ante todo puede plantear como el arte es generador de arte. como el mito es fruto de la Historia y generador de otras historias. La misma película en sí es el ejemplo perfecto de esta misma idea.
Es posible que no sea la mejor película que Lacuesta haya realizado, pero sí es la más arriesgada. Aunque en sus anteriores largometrajes (dejamos al margen las cartas y exposiciones que se han podido ver en diferentes museos y galerías) ya haya jugado con el híbrido de ficción y documental, el cineasta ha ido más allá planteando no una sino varias tramas que ni son lineales; no son del todo realistas, que son ficción, pero sobretodo fantasía, que no es tanto mito como arte. Y como tal arte es difícil de entender. Isaki Lacuesta ha dirigido hasta ahora propuestas diferentes pero comprensibles, ahora que va más allá, que juega con las repeticiones como Godard, que provoca al espectador y que lo llama activamente a participar y a ser miembro activo del significado de la historia como hicieron en su día los directores de la Nouvelle Vague, está siendo, cuanto menos, incomprendido. Tal vez se trate sólo de ver su cine, como el de entonces. Darle una oportunidad y ver que el mito, el arte y el cine tienen mucho en común con las historias y la Historia.
Comentarios