"Medianeras" o la vida en la ciudad

Pero también hay vidas corrientes, la que, por lo general, vivimos la mayoría. Vidas que ha días es divertida, otros aburrida, otros que son pura rutina y monotonía. Todo se vuelve igual, como el paisaje de la ciudad, como todos esos grandes edificios que nos rodean y a los que nunca prestamos atención. Pero que en el fondo revelan mucho de la urbe y de sus ciudadanos.
Gustavo Taretto sí les presta atención y crea, con Medianeras, una película arquitectónicamente bien construida, con unos buenos cimientos en un guión redondo, con una mano de obra y unos materiales como Pilar López de Ayala y Javier Drolas que otorgan naturalidad a los protagonistas y que los hace de carne hueso, con lo que logra edificar una película hermosa que encaja perfectamente con el espectador.
El eje central de esta historia son Mariana y Martín. Él diseña páginas web. Ella es arquitecta, pero trabaja como decoradora de vidrieras. Ambos acaban de dejar una relación. Los dos viven en apartamentos pequeños y con apenas ventilación. Y además viven uno al lado del otro. Pero no se conocen.
Buenos Aires, donde se ubica la acción es una enorme ciudad y por mucho que se crucen nunca se conocen. Sus vidas son aburridas, desilusionantes, pero el film no se centra en dramatizar esto. Muchas vidas son rutinarias, pero las vivimos, unos días con mejor humor y otras no. Por eso Taretto ha dejado a un lado el dramatismo y le da a Medianeras el tono justo donde los guiños de humor son sinceros, nacen de la acción, de las acciones comunes que uno vive. Esto es sin duda lo que le otorga al film toda la credibilidad necesaria permitiendo que el espectador se identifique con los protagonistas, porque se reconocen en la rutina de Mariana y Martín.
No hay músicas exageradas ni enfáticas, no hay exageración en el tratamiento de los personajes ni de sus emociones, no hay una voluntad de entretener a toda costa. Hay un deseo de contar una historia que puede ser la de cualquiera. Hay una clara intención de veracidad que, sin duda, Taretto consigue y hace de Medianeras un film pequeño, divertido, de calidad que logra que el espectador salga de la sala con la sensación de que ha visto una película sobre unas vidas normales, como podría ser la suya, que además le ha animado y encantado.
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