Mendoza retrata de la guerrilla

La guerra es un tema tan difícil de tratar en la ficción que cada vez que uno se dispone a ver un film bélico se lo puede tomar con recelo. Hay numerosas excepciones para muchos, es cierto, pero la guerra es guerra y para quienes la viven o lo han vivido cuesta mucho imaginar que estos films satisfagan sus expectativas.

Dicho esto, uno entra a ver Captive del director filipino Brillante Mendoza. La sinopsis y los primeros créditos del film nos anuncian que estamos ante un caso real. Uno entre tantos otros. Pero está la gran Isabelle Huppert por lo que algo puede empezar a fallar. La historia  contada es la de un grupo de extranjeros de visita en Filipinas que son secuestrados por las guerrillas talibanes de la zona que quieren que se los devuelva una tierra que dicen ser suya.. Más de un año. Atrocidades y acontecimientos increíbles pero que la realidad y el cineasta logran transmitir con total veracidad.

Casos de bodas y embarazos buscados entre secuestradores y secuestrados, conversiones religiosas e incluso de bando (del de los capturados al de los guerrilleros), ignorancia por parte del gobierno, reportajes televisivos... El problema no es que lo veamos y nos resulte creíble sino que es real.

Mendoza con un estilo de rodar cercano al documental, pero sin ser del tipo cámara en mano sumerge de lleno al espectador en este caso y esta comunidad que, por desgracia, no son únicos. Se habla de comunidad porque durante año largo de secuestro, entre el grupo empiezan a establecerse relaciones, complicidades, habilidades de supervivencia en la selva filipina, grupos de apoyo. Lo que fascina al espectador por no ser espectacular.

La importancia de la naturalidad es la piedra angular de este film del cineasta filipino porque sino Captive podría resultar una película bélica entre tantas otras y resulta algo más. Tal vez no deja al espectador compungido ni sobrecogido, pero si le hace pensar en todo lo que no se ve en las noticias. Y no sólo al hecho de que la guerrilla filipina no aparece a`penas en los medios europeos y occidentales, sino en como el gobierno no hace nada para liberar a los presos sabiendo donde están en cada momento, como el ejército pocas veces mira por los secuestrados cuando atacan a la guerrilla, como los guerrilleros son personas corrientes y pocas veces reflejado así en un film.

Más allá de radicalismos religiosos y estereotipos Captive se erige así en un digno film, que uno aprecia poder ver en pantalla grande con una interpretación de Huppert que cuesta denominar como tal porque apenas lo parece. Su naturalidad en todo tipo de escenas, su entrega al proyecto y a su causa es tal que uno o queda atrapado por el magnetismo interpretativo de la actriz o bien se olvida de que es ella. Magnífica.


Trailer:


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