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Evita y la verdad
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Los amantes del teatro dice que este arte se diferencia del resto porqué transmite verdad. Eso sí, siempre y cuando el teatro sea del bueno. Eva no duerme no es teatro, es cine. Cine basado en hechos reales, pero tan teatralizado que acaba resultando impostado.
Son muchas las leyendas que circula alrededor de Evita y más aún después de su muerte. Los libros de historia y la extensa hemeroteca de la líder de los descamisados argentinos constatan que el cuerpo estuvo en paradero desconocido durante más de 20 años. Al parecer nadie sabía exactamente donde estaba o no lo quiso revelar.
Así, la idea de trasladar el mito a la pantalla a través de una puesta en escena teatral parece no tan arriesgada como justificada. Tanta rumorología merece, porqué no, una estética tan irreal como algunos de los casos que se cuentan con respecto a Evita y la desaparición de su cuerpo. Pero el problema de Eva no duerme, el nuevo film de film de Pablo Agüero, es que el director lleva este planteamiento a un extremo tan pomposo que roza el límite de lo ridículo.
Diálogos con una fuerte carga dramática, discursos grandilocuentes, imágenes muy oscuras con una luz antinatural para reflejar la clandestinidad que envolvió el proceso de su ocultación y búsquedano sólo no ayudan a construir esta leyenda sino que le hacen perder credibilidad llegando a ser más destacable el artificio que la relato en sí mismo.
Obviamente, Agüero no escatima en discurso político. Intercala imágenes y locuciones reales de lo que sucedió en Argentina desde su llegada al poder hasta que el cuerpo volvió a su país y toma un posicionamiento claro. Pero apenas sirve, no relajan el tono pesado del film, lo empaquetan y lo dejan ir. Los discursos del militar Emilio Eduardo Massera (Gael García Bernal, ahora poniendo acento argentino) fumando un cigarrillo digno de Bette Davies mientras vocaliza la palabra “muerta” es tan radical como exagerado. Digno del personaje histórico, sí, pero increíble en el film. Y sí, como muestra el cineasta, todos los extremos políticos resultan nefastos, lo mismo sucede en el cine.
El gran riesgo y mejor idea que toma la propuesta inicial siempre son agradecidos en el arte, pero suponen un estorbo cuando el teatro roza la pantomima. No se trata de cine-arte y poco tiene que ver con la reivindicación del cine político de Godard, en Eva no duerme, el mensaje no fluye. Se convierte en una roca tan difícil de ingerir como densa para dejar ver nada que no sea un intento de radicalidad cinematográfica y discurso político. De modo que este teatro devenido en cine artie fracasa al impedir que transmita verdad. Por mucho razón que lleve.
Analizar The brutalist casi que requiere separar partes. Como la película. La primera es una película que captura, especialmente, por su imagen. Desde la llegada del barco László Tóth ( Adrien Brody ) a Ellis Island, con un plano de la estatua de la libertad que viene a resumir de lo que la película, hasta que llega el intermedio, plano a plano es un canto a la buena fotografía, a la técnica, a los 70mm y a la VistaVision . Los planos valen por sí solos. El cineasta Brady Corbet demuestra que una película así merece la pena ser vista en pantalla grande, con algo de grano, para poder ponerse en la piel de lo que sucede y devolviendo al cine su majestuosidad. En la s egunda parte también se deja notar. El viaje a las curvas de mármol de Carrara , la fiesta final e incluso el momento previo al epílogo están cargados de emoción, decadencia y brutalidad. Y ya cuando el epílogo recorre el edificio monumental que ha creado el protagonista y se explica su significado, uno puede ve...
Me cuesta entender la gran acogida de crítica e incluso el León de Oro en Venecia a la nueva película de Pedro Almodóvar . Quiero pensar que es por los aires a despedida que deja intuir en sus recientes films el español y que hace que las palabras de sus personajes parezcan las suyas propias. Para lo bueno y para lo malo. Siempre ha sido así, es cierto, pero este primer largometraje en inglés suena a todo lo que uno temía que pudiera pasar, que casi nada fluyera. Los rasgos distintivos de Almodóvar están : mucho melodrama, música de Alberto Iglesias, colores intensos, hermosa fotografía, escenarios que parecen exagerados en su decoración, referencias múltiples y dos grandes actrices. Todo eso que ha hecho tan especial a Almodóvar está en La habitación de al lado . Se diría que casi literal, porque parece que es al lado, en algún lugar cercano, donde se ha de ir a buscar al realizador, el contenido que hacía todo aquello tan especial. La decoración, los colores y el drama están, pero m...
La mirada de Paolo Sorrentino siempre estuvo contaminada . De otros cineastas y de esa educación napolitana, bien macha, hacia la mujer. Criticarle por eso cada vez que hace una película en que la protagonista es una mujer es no ver más allá. Sí, Youth , tenía mucha lascivia en la mirada hacia la mujer. Pero era en buena parte porque los personajes hombres que miraban a las 'féminas' era esa. Sorrentino se impregnó de su educación y entorno, pero también reflejó una realidad. Babosa, sí, pero real. Cuando uno ve las imágenes del trailer de Parthenope uno piensa que se va a encontrar lo mismo: una mirada tan hipnótica como masculinizada y macha de una mujer , casi un ser mitológico. Nada que ver. Parthenope no es mirada con lascivia desde la cámara de Sorrentino, igual que tampoco la mira así su hermano, su primer amor y otros personajes que pasan por su vida. El objetivo del cineasta recorre su cuerpo hipnotizado, encantado por los movimientos y la piel de una mujer que es abso...
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