'No esperes demasiado del fin del mundo' ni de esta película



No comparto nada del entusiasmo generado por esta película. Me parece lenta, pobre en sus formas y obvia en su mensaje. De hecho, creo que si por algo la salvan es por esta dura y necesaria crítica a un capitalismo depredador que no sólo explota a los trabajadores, sino que además lucra con sus desgracias. Eso sin contar con los ya subrayados dardos a la UE, a Viktor Orban, a la situación de Rusia.

¿No está mal que todo esto sea recordado y recogido en una peli? No. ¿Es original en sus formas? Bueno... ¿Hacen falta tres horas para contar eso? No, le sobran dos.

En resumen, lo más destacable son unas formas pretendidamente subversivas, con una protagonista entre odiosa y aburrida que usa sus horas extras para lanzar mensajes machistas por redes, haciéndose pasar por hombre. No tiene carisma, sus largos planos en el coche se vuelven repetitivos, innecesarios, cansinos, prescindibles.

Lo mejor de la cinta, diría, es cómo dialoga sus escenas obvias, directas y pretenciosamente radicales con las de Angela merge mai departe, una película rumana de 1981 dirigida por Lucian Bratu, que se intercala en la película y que refleja, que nada cambia, que todo sigue igual. Eso sí, evidencia que ahora todo es más obsceno, vulgar y pobre, incluido el supuesto cine independiente y crecidamente subversivo sin serlo como el de Radu Jude



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