Festival de Cannes: "Aquarius" de Kleber Mendonça filho

Si hay algo que se encuentra en la mayoria de peliculas de tono social es el exceso y la pornografia de las emociones. Muy poca gente esta a salvo, Ken Loach lo hace casi constantemente y sigue siendo uno de los llamados autores del cine britanico. Este tipo de cine suele gustar mucho al publico en general, hasta hay teorias "sociologicas" que justifican esto en el placer que le reporta al espectador pensar que otros estan en la misma situacion que ellos o peor.

Por suerte o por desgracia, con la crisis global actual, este tipo de films estan a la orden del dia y llegan constantemente a las pantallas tanto que ya casi uno puede catalogarlas: peliculas sobre sobre el paro, peliculas sobre la presion que ejercen los bancos, peliculas sobre desahucios... No hay nada malo, pero regodearse en las penurias y en lo mal que lo pasa la gente...

Dejando las opiniones mas etico-morales a un lado, en el ultimo festival de Cannes se ha presentado Aquarius de Kleber Mendonça filho que, sin ser un film sobre los desahucios habla de las presiones que ejercen algunas inmobiliarias a propietarios o arrendadores de viviendas que quieren demoler para seguir construyendo cualquier cosa nueva. Ya se sabe, lo nuevo vende mas y mas caro, da mejor imagen...

Mendonça toma un caso particular, obviamente, pero que es extrapolable a cualquier lugar del mundo. En tres episodios de una vida, el cineasta muestra la historia de Clara (una Sonia Braga en estado de gracia) quien vive en la zona de la Avenida Boa Viagem, en Recife, Brasil, concretamente en unos bloques construidos en los 40 del siglo pasado. El lugar es fundamental, no por ser Brasil, sino por lo que eso conlleva. La camara recorre la mayoria de las habitaciones de su protagonista, un hogar lleno de discos en vinilos propio de una amante de la musica. Tanto los vinilos, la musica y el lugar son solo objetos materiales, pero todos ellos con un claro significado, vivencial, emocional... Poco a poco el film avanza, en elipsis, para mostrar como Clara, a sus 65 anyos, es la unica que se mantiene en pie en ese edificio que una constructora quiere tirar abajo para realizar nuevos pisos.

Si esto fuera una produccion made in Hollywood, la pelicula estaria llena de violencia, mostraria los ataques y maltratos de una manera sensacionalista, pero en cambio Mendonça apuesta por algo muy sencillo pero que llega igual al espectador. En sus casi dos horas y media de duracion, el espectador contempla estos episodios de la vida de Clara, la ve celebrar el aniversario de su tia, cuidar a sus hijos y nietos, quedar con sus amigas... y, a cuenta gotas, la presion, la estrategia sibilina de los responsables de la constructora para echarla y a los que Clara (vale la pena repetir, una potente Sonia Braga) se enfrenta con una entereza, sin gritos con su mera presencia y palabra a todo este acoso.

Es imposible no posicionarse. Mendonça trata con tanto carinyo a Clara y a las cosas que le pertenecen que el espectador conecta en seguida con ella, entiende esa sensacion de pertenencia no economica sino emocional, esa relacion que uno mantiene con las cosas materiales y que solo es posible entender a traves del sentimiento. Un sentimiento, un afecto, que se impregna a traves de la pelicula con su gran trabajo de guion, filmando esos paseos de Clara por la playa que tiene delante de casa, esos momentos de ella a solas con su copa de vina y sus vinilos.

Todo esto tambien es posible gracias a un excelente trabajo de Sonia Braga, que construye en Aquarius un personaje tan tierno y tan fuerte a la vez, tan emotivo, tan sencillo que logra conectar con el espectador que sale de la sala agradecido de haber podido conocer su historia. No hay gritos, ni violencia, ni juicios y si hay buena musica, buena planificacion de escenas, trabajo de guion y emocion. Una emocion sin excesos que hace grande a una pelicula pequenya.

Trailer:





(Faltas de ortografia por no disponer de teclado en espanyol)

Comentarios

Entradas populares de este blog

'The brutalist', una impresionante película a nivel visual que desbarranca

'La habitación de al lado': tras el rastro de Almodóvar

'Escape', una película 100% 'cortesiana'