Festival de Cannes: "The Neon Demon" de Nicolas Winding Refn

Tampoco es nada nuevo que Nicolas Winding Refn es una amante de las imágenes hermosamente perturbadoras y que es capaz de filmar con un abrumante sentido de la estética. En su nuevo film, The Neon Demon, su obsesión son esas luces del título que en seguida captan la atención de cualquiera, incluso sin querer. Como los anuncios de moda y sus modelos.
Por tanto, la combinación de ambos mundos no extraña a nadie. NWR (como ahora le gusta ser nombrado, al estilo Prince) pretende sumergir al espectador en ese mundo fascinante de modelos y luces de neón.
The Neon Demon tiene una trama de los más sencilla. Para jugar con el tópico, hasta una modelo lo podría entender. Chica guapa (Elle Fanning) llega a Los Angeles para ser modelo y se encontrará con un mundo tan extreñamente fascinante como canibal.

El concepto y las imagenes son tan reiterativas que se agotan a la media hora de película. Pasado ese tiempo no queda otra cosa que la repetición, el subrallado tópico. De nada sirve que esté justificado por el tema que aborda. The Neon Demon acaba deborándose a sí misma, como las modelos entre ellas y se regodea en una especie de éxtasis esteta.

El canibalismo del mundo de la moda y de la apariencia se ha comido el cerebro de la mayoría de la sociedad y ha atrapado sin lugar a dudas a NWR, deborado por las luces de neón de este demonio. The neon demon wins. Nicolas Winding Refn loses.
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