Festival de Cannes: "Personal Affairs" de Mohamed Diab

Un matrimonio de Nazaret poco avenido y menos hablador apenas sale de casa. Tienen a sus hijos lejos. Unos en Ramalah y otro en Suecia. En cambio ellos no salen de casa. El marido recurre a sus hijos para que actuen pero la mujer no parece predispuesta. El de Suecia les invita a ir, el de Ramalah acude forzado a verlos y es ignorado y la hija está demasiado por llevar una vida como Dios manda, mientras se hace cargo de su suegra enferma.

Omor Shakshiya (Personal Affairs) va saltando de un personaje a otro, de un territorio Palestino a otro. Retrata las diferentes vidas de cada uno. Y refleja sus ganas de escapar. El padre quiere escapar de la apatía que siente su mujer por él y surfua la red en busca de artículos a cual más absurdo. La esposa, que no media palabra se refugia en el salón de su casa, entre cortinas y absorvida por los culebrones televisivos haciendo oídos sordos a todo lo demás.

El hijo menor quiere ser guionista y huye del compromiso con una amiga de su hermana, a la que considera demasiado atada a tener una relación tradicional y a ser correcta. Su hermana está atada al matrimonio al que toda mujer ha de aspirar, embarazada y cuidando de una suegra desmemoriada, mientras su marido escapa a Haifa tras ser invitado por una directora americana a participar en su película. Y finalmente el hermano que vive en Suecia, ajeno a todo pero que se siente alejado de su familia.

Todos sin excepción están atados, atrapados. Quieren escapar pero siempre hay una barrera que les impide avanzar. La madre pone entre su marido y sus hijos pone una distancia que se hace física, mesas, televisión y sus agujas de tejer bien cerca para hacer la barrera más visible. El hijo menor la distancia prudencia entre personas, incluso la carretera separa con el paragolpes al marido de la hermana con el mar. Convirtiéndo esas imágenes y esos objetos en las barreras que se encuentra Palestina para ser.

En la mayoría de planos del film aparece una barrera o entre personas o frente la pantalla, ballas, muros, lo de las autopistas... No se trara de descuidos ni del azar. Su director, Mohamed Diab, solo lo hace físico pero no redundante. Palestina vive así. tiene sus territorios repartidos por Israel. Viven entre muros y comparten espacio con ellos.

Apenas se oye hablar de la guerra, solo de las conflictos entre (y de) los personajes. Los personajes se hayan lejos de la cámara y del drama, dejando espacio al humor -"yo soy americana y tu judía podemos hacer lo que queramos", afirma uno de los personajes-. Y mientras, los planos con su distancia y los objetos que barran el paso cobran cada vez más protagonismo. Ocupando una parte significativa de la imagen. Dejando claro que no son tanto los personajes sino esas barreras lo que no les deja vivir. 

Trailer: (aun no disponible)

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